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¿Cuál es el mejor disolvente para limpiar pintura fresca y herramientas en obra?

Cuando estamos en plena jornada de trabajo y se nos cae pintura fresca en un piso cerámico, sobre una herramienta o incluso dentro de un difusor, lo que necesitamos es un producto que actúe rápido, sea fácil de aplicar y no deje rastro. Aquí entra el Disolvente en spray de Montana Colors, una solución que personalmente he utilizado en obra y que me ha sacado de más de un apuro.

¿Para qué tipo de trabajos es ideal el Disolvente Montana?

Este disolvente es perfecto para el día a día del pintor, especialmente en ambientes donde se trabaja con aerosoles o pintura líquida. Lo he usado principalmente en:

Su rápido secado y poder desengrasante lo hacen ideal para trabajar en zonas donde el tiempo apremia y se requiere eficiencia.

¿Cómo se comporta el Disolvente Montana en obra?

En la práctica, este producto destaca por su evaporación casi instantánea, lo cual permite seguir pintando sin perder tiempo esperando que seque. En superficies como acero, aluminio, cerámica, vidrio o plástico rígido, deja todo limpio sin residuos. Eso sí, no lo recomiendo para madera sin sellar, ya que puede manchar o levantar la veta.

Cuando los difusores de los sprays se tapan —algo común en ambientes húmedos o tras varios usos— este disolvente es un salvavidas: se adapta perfectamente a la válvula y permite limpiarlos al instante.

¿Qué ventajas ofrece frente a otros disolventes comunes?

Desde mi experiencia en obra, estos son los beneficios reales:

¿Qué cuidados debo tener al usarlo?

Es fundamental no aplicarlo sobre la piel, ya que su composición incluye disolventes fuertes y acetona. Tampoco debe usarse cerca de llamas o equipos conectados. Siempre se recomienda ventilar bien la zona de trabajo.

¿Este producto realmente facilita el trabajo al maestro de obra?

Sin duda. A quienes trabajamos con pintura o aerosoles, este disolvente nos ahorra tiempo, reduce retrabajos por superficies sucias y evita el gasto innecesario de herramientas dañadas por restos de pintura. A veces, lo más simple es lo que más ayuda: tener una lata de este disolvente a la mano es como tener una solución exprés para los enredos típicos de obra.

Cuando uno está de afán terminando un trabajo y se tapa el difusor del aerosol o se ensucia la brocha con una pintura pegajosa, este disolvente es como un compañero que siempre responde. No es magia, es pura practicidad en obra.

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