En el mundo de la construcción, no siempre la solución es reemplazar. Muchas veces, una superficie metálica deteriorada por la oxidación puede recuperar su apariencia y resistencia con el tratamiento correcto. Aquí te contamos, paso a paso, cómo lograrlo usando herramientas y productos que garantizan durabilidad.
1. Preparación de la superficie
Antes de aplicar cualquier producto, es clave eliminar el material suelto:
- Cepillo de alambre: para retirar óxido y pintura mal adherida.
- Lija: para suavizar la superficie y abrir el poro del metal.
2. Aplicación del desoxidante
Este es el corazón del proceso.
- Usa un desoxidante multiusos para limpiar, desengrasar y atacar químicamente el óxido.
- Aplícalo solo sobre las zonas oxidadas con una toalla o motero.
- Déjalo actuar 5 minutos.
- Retira el exceso con ajustador multiusos para asegurar que la superficie quede libre de residuos.
3. Protección con anticorrosivo
Para prevenir que el óxido vuelva a aparecer:
- Utiliza un anticorrosivo de alto desempeño (cromato de zinc) que inhibe la oxidación.
- Mezcla 4 partes de anticorrosivo por ½ parte de ajustador.
- Aplica con brocha, rodillo o equipo de aspersión.
- Deja secar mínimo 2 horas entre capas, considerando la temperatura ambiente.
4. Acabado final con esmalte sintético
Para sellar y proteger:
- Aplica esmalte Triple Duty Sapolin, un acabado sintético de secado al aire, resistente al sol y la lluvia.
- Este producto forma una barrera protectora que mantiene la superficie libre de corrosión por más tiempo.
Resultado final:
Una superficie metálica limpia, protegida y con acabado profesional, lista para resistir condiciones climáticas exigentes y prolongar su vida útil.