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Como me ven, me tratan: la ciencia detrás de tu presentación personal

Editorial

Por: Alexander Peña Bernal

En la construcción, como en la vida, la primera impresión pesa más de lo que creemos. La neurociencia ha demostrado que el cerebro humano tarda apenas 7 segundos en formar un juicio sobre otra persona. Antes de que hables de tus obras, de tu experiencia o de la calidad de tus acabados, tu cliente ya ha hecho una evaluación silenciosa: tu forma de saludar, tu ropa de trabajo, tu postura, incluso el tono de tu voz.

La psicología social explica este fenómeno con el “efecto halo”: si una persona percibe un aspecto positivo en ti —como pulcritud o seguridad al expresarte—, tenderá a creer que eres igual de competente en los demás aspectos. Y lo mismo funciona al revés: si llegas desorganizado o con mala actitud, será difícil revertir esa percepción, aunque tu trabajo sea impecable.

Para los contratistas y maestros de obra en Colombia, este tema no es menor. Aquí la confianza lo es todo. Muchos clientes deciden a quién contratar más por cómo “sienten” a la persona que por la cotización más barata. En términos simples: la presentación personal es tu primera herramienta de marketing, y cada cliente es un posible referidor que hablará de ti con otros.

No hablamos de traje y corbata en la obra. Hablamos de uniforme limpio, botas en buen estado, casco bien puesto y una manera clara de explicar lo que ofreces. El cerebro humano procesa la coherencia como una señal de seguridad. Si te ves organizado y transmites calma, el cliente asocia que su proyecto también será organizado y seguro. Ese vínculo emocional pesa tanto como cualquier cálculo estructural.

Además, la psicología del comportamiento dice que la confianza se construye en micro-momentos: una sonrisa sincera, mirar a los ojos, escuchar con atención. Esos gestos generan oxitocina, la llamada “hormona de la confianza”, que predispone a la gente a trabajar contigo.

Construir marca personal, entonces, no es un lujo ni una moda. Es presentarse siempre como alguien confiable, responsable y que cumple. Esa coherencia genera reputación, y la reputación atrae más obras que cualquier volante o anuncio pagado.

Recuerda: cada vez que llegas a una cita, tu cliente no solo ve al maestro de obra. Ve a la persona que le construirá tranquilidad. Y esa tranquilidad empieza por la forma en que te presentas tú.

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