Comenzar una historia crediticia es posiblemente uno de los deseos más grandes de los jóvenes en Colombia, ya que a través de esto obtienen acceso a servicios financieros que les posibilitan viajar o comprar un teléfono nuevo. Sin embargo, un reciente análisis del Banco Mundial indica que los jóvenes colombianos carecen de una educación financiera suficiente para manejar sus finanzas de manera efectiva, volviéndolos más susceptibles a caer en situaciones de excesivo endeudamiento.
Resuelve tu Deuda, la principal empresa de reparación crediticia en América Latina y Europa, ha revelado que en el primer semestre de 2023, más de 315 personas menores de 24 años se inscribieron en el programa en Colombia. Además, señalan que entre las razones más habituales de endeudamiento entre los jóvenes colombianos está el uso del límite de sus tarjetas de crédito como una extensión adicional de sus salarios mensuales, gastando sin moderación sin tener en cuenta los cargos de interés o el monto utilizado en cada ciclo de facturación.
«Siempre recomendamos pedir un préstamo o usar una tarjeta de crédito cuando sea para un propósito justificado. Además, es apropiado adquirir una deuda cuando se tiene un ingreso mensual fijo. Desde ahí, se debe asignar el 70% del ingreso a gastos regulares, el 20% para el pago de deudas y el 10% restante para el ahorro. Esto garantizará un manejo organizado de las obligaciones, manteniendo niveles adecuados de endeudamiento y evitando perjudicar el historial crediticio».
Alexandra Naranjo, experta en finanzas personales de Resuelve tu Deuda.
Partiendo de esta situación, la experta de Resuelve tu Deuda ofrece algunos consejos para que los jóvenes, en este caso sus hijos, maestras y maestros, manejen su dinero de forma adecuada y encuentren el camino hacia una estabilidad financiera futura:
- Gestionar ingresos desde temprana edad: el dinero proporcionado por los padres durante la juventud brinda la oportunidad perfecta para inculcar hábitos de administración efectiva. Es esencial aprender a ahorrar desde el inicio, ya sea una mesada o un ingreso regular, y establecer metas financieras. Además, es crucial discernir en qué gastar y en qué no, aprovechando que los jóvenes por lo general carecen de compromisos financieros en casa.
- Objetivos financieros: durante la adolescencia es normal tener sueños como comprar un auto, viajar, adquirir el último modelo de celular o incluso un departamento. Para lograrlo, es fundamental aprender a fijar metas a corto, mediano y largo plazo que sirvan de incentivo para ahorrar y cumplir objetivos específicos. Estos hábitos sentarán bases sólidas al empezar a ganar dinero mediante un empleo.
- Manejo adecuado de tarjetas de crédito y débito: es importante entender la distinción entre ambas. La tarjeta de crédito implica un préstamo: el dinero no es del titular, sino del banco, y se debe pagar al final de cada mes, siguiendo las cuotas acordadas por cada compra. Si no se cubre el monto, se incurre en mora. Por otro lado, una tarjeta de débito no concede crédito; se financia con fondos propios y permite retirar efectivo según sea necesario. Si se ahorra, se diferencia entre gastos, se cuenta con los medios y se está dispuesto a cumplir con pagos, es posible considerar el uso de tarjetas de crédito, que ayuda a mejorar el historial crediticio.
- Reducir gastos fijos innecesarios: muchas veces, gastos como suscripciones a servicios de streaming (Netflix, Spotify, Amazon) se perciben como necesidades. Para mantener control sobre estos gastos, es recomendable buscar paquetes familiares o compartir con amigos para disminuir los costos de estas adquisiciones.
- Identificar gastos pequeños: es esencial que los jóvenes aprendan a reconocer los gastos pequeños y regulares para evitar fugas de dinero. Compras de bocadillos, botellas de agua, cafés, chicles, dulces, entre otros, pueden absorber hasta el 40% de los ingresos, ya que a menudo no se hace un seguimiento de estos montos diarios.
Es vital salvaguardar las finanzas desde temprano. El ahorro constante es la clave para establecer una base financiera sólida que permita considerar un siguiente paso: invertir. El rendimiento de una inversión depende de los hábitos financieros diarios construidos desde la juventud.