Por: Alexander Peña Bernal

En nuestro hermoso sector de la construcción, cada ladrillo y cada mezcla de cemento cuentan una historia de tenacidad y transformación, y encontramos la historias como las de Jorge Alfonso Mora. Este técnico en construcción, con más de cuatro décadas de experiencia, buscan dejar su marca en el mundo constructor. En entrevista, este Máster nos comparte su profunda perspectiva sobre los desafíos y recompensas de su profesión. Acompáñenme a conocer este profesional cuya vida y carrera encapsulan la esencia misma del progreso y la resiliencia.

Heredero de un oficio

Jorge Alfonso Mora inició su camino en la construcción desde muy joven, influenciado por su padre, un constructor establecido en el Eje Cafetero. Nacido en Bogotá, Jorge fue criado en Armenia, Quindío, donde desde los 15 años comenzó a trabajar en el sector, dejando de lado sus estudios para seguir la pasión que su padre le había inculcado. Durante esos años formativos, se dedicó intensamente al aprendizaje del oficio, trabajando en estructuras y obra negra, absorbiendo la sabiduría y las técnicas que solo la experiencia directa puede enseñar.

En 1990, a los 33 años, un punto de inflexión en su carrera lo llevó de regreso a Bogotá. La llamada fue para dirigir la construcción de unas cabañas en Tocancipá, Cundinamarca, un proyecto que marcó su transición de trabajador a líder en el sector. Este regreso no solo significó un cambio geográfico, sino el inicio de una fase más estable y prominente en su carrera. Desde entonces, Jorge ha hecho de Bogotá su hogar, donde ha continuado expandiendo su experiencia y mejorando sus habilidades a través de constantes capacitaciones y certificaciones, particularmente en acabados.

Un hombre de familia

Mora no solo se destaca en su carrera en la construcción, sino que también brilla en su rol como padre. Con un profundo sentido de orgullo, Jorge habla de sus tres hijos, quienes han seguido caminos profesionales destacados gracias a los valores de trabajo duro y educación que él ha inculcado. Uno de sus hijos se ha convertido en físico, su hija ha elegido la carrera de trabajo social, y el menor está financiando su propia educación en diseño, demostrando la independencia y la perseverancia que Jorge siempre ha fomentado.

Un paralelo entre la construcción de antes y la de hoy

Jorge Alfonso Mora testimonia este cambio al señalar que, en sus primeros años en el oficio, durante los años 80 y 90, las oportunidades de capacitación eran limitadas y muchos trabajadores del sector aprendían únicamente a través de la experiencia directa en el campo. Sin embargo, hoy en día, la situación es drásticamente diferente. Hay una abundancia de cursos y programas de formación técnica disponibles, reflejando un enfoque más estructurado y académico hacia la construcción.

El Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) ha jugado un papel crucial en este cambio, ofreciendo a Jorge y a muchos otros profesionales como él, una plataforma para adquirir y actualizar sus habilidades técnicas y teóricas. Además, las empresas de materiales de construcción también han contribuido significativamente, no solo proporcionando los materiales necesarios, sino también ofreciendo formación especializada para garantizar que los mejores métodos y prácticas sean aplicados en el campo.

La lectura es una habilidad esencial del buen constructor

Una de las lecciones más valiosas que Jorge Alfonso Mora ha aprendido a lo largo de su extensa carrera en la construcción es la importancia de desarrollar habilidades de lectura. Aunque su pasión y habilidad práctica lo han llevado lejos, Jorge reconoce que su reticencia inicial hacia la lectura en ocasiones representó un obstáculo significativo. En el sector de la construcción, además de la labor física, es crucial comprender y aplicar normativas detalladas. Jorge enfatiza que «querer y saber leer las normas» no solo facilita el cumplimiento de los estándares, sino que también enriquece el conocimiento y la competencia profesional.

La construcción se dignifica con la constante capacitación

Jorge Alfonso Mora, enfatiza el impacto vital de los maestros de obra en la sociedad, destacando cómo estos profesionales no solo construyen infraestructuras físicas, sino que también son pilares de la economía y el desarrollo social, esenciales para mantener nuestra capacidad de vivir de manera organizada y segura.

Reflexionamos sobre la importancia crucial de la construcción en contextos de reconstrucción de la sociedad. A nivel global, vemos como se demanda la mano de obra de Colombia, para proyectos en Europa, Medio Oriento, Norte América, entre otros, y resalta la importancia de repensar las políticas laborales que subestiman la experiencia, subrayando su valor insustituible en la construcción, donde el conocimiento práctico es crucial.

Jorge nos invita a mantenernos actualizados con nuevas tecnologías y métodos en la construcción, y la importancia de la formación continua para asegurar la calidad y seguridad en cada proyecto. No solo desde la necesidad de personal de obra que ya entienda BIM, sino habilidades interpersonales, esenciales para una efectiva gestión de relaciones y comunicación con clientes y colegas, fortaleciendo así la colaboración y la satisfacción en el sector.

Un mensaje para los jóvenes constructores

«La construcción no solo es un arte y una ciencia que requiere destreza física, sino también un profundo entendimiento técnico y normativo», afirma Jorge. Alienta a los nuevos talentos a sumergirse en los estudios, aprovechar cada curso y taller, y sobre todo, a no temer enfrentar los retos que implica leer y comprender las complejidades de las normativas que rigen su oficio. «Esta es una carrera de crecimiento constante, donde cada proyecto construye no solo estructuras, sino también futuros. Sean curiosos, diligentes y apasionados, pues cada paso que den hacia la maestría de su profesión es un ladrillo más en la construcción de sus propias vidas», concluye Jorge, deseando inspirar a una nueva generación de constructores a alcanzar las alturas de sus sueños con las herramientas del conocimiento y la ética de trabajo.