Cada una de las historias que les traemos en cada edición, aunque tienen un desenlace totalmente diferente, algo que siempre comparten es la pasión, amor y respeto por este gremio, el de la construcción. Por: Tatiana Bahamón Méndez – Periodista A La Obra Maestros
Luis Alfonso Rodríguez es un maestro que a sus 42 años ha tenido que afrontar grandes desafíos.
De su abuela, con quien se crio y vivió grandes momentos de su infancia, aprendió el valor de la responsabilidad, la importancia de actuar siempre de buena manera y de hacer bien las cosas, los cuales han sido indispensables para sobrellevar todo tipo de situaciones.
Para ponerlos en contexto, Luis Alfonso nació en la ciudad de Neiva, capital del departamento del Huila, aquella donde en las calles se respira folclor y la calidez de la gente se siente en cada palabra. Allí pasó los mejores momentos de su niñez junto a su familia, pero ese sentimiento también se trasladó hacia el llano; después de años de habitar en territorio huilense, tomó rumbo hacia el Meta para ser exactos y desde ese entonces, su corazón está dividido en estas dos regiones.
En el Huila como en su familia había quienes realizaban trabajos de remodelación, carpintería, acabados, etc., Luis a sus 14 años en temporada de vacaciones y en sus tiempos libres trabajaba como ayudante en la construcción de cielos rasos y en los trabajos en aluminio.
Cada trabajo por pequeño que fuera, tal como lo comenta Luis, le iba aportando conocimiento que, sin duda alguna, es lo mejor que podía recibir.
Del dicho al hecho
Con el paso de los años y después de trabajar en carpintería, ornamentación, con sistema liviano, aluminio, pintura, enchape, se fue abriendo campo en el sector y descubrió cuál era su especialidad.
«A mí me gusta mucho trabajar con drywall, estuco, cielo raso y pintura, en sí todo lo que tiene que ver con remodelación se me da muy bien» Luis Rodríguez.
Ya son más de 20 años los que lleva trabajando en este sector y la dicha que siente no es para menos, pues su labor lo ha llevado a recorrer muchos rincones del país y conocer grandes personajes que han dejado una gran huella en él.
Por su generosidad, transparencia y compromiso, ha logrado trabajar en grandes proyectos de reconocidas marcas y empresas del país.
«En mi trabajo he conocido a muchos ingenieros y arquitectos, y una vez uno de ellos me dijo que cuando hiciera un trabajo, sin importar cual fuera, diera lo mejor de mí porque esa sería mi imagen» Luis Rodríguez.
Una experiencia que suma
Todo ser humano tiene una motivación y la de este maestro sin duda alguna es su hijo de 6 años, a quien a su corta edad le ha transmitido esos valores que un día fueron inculcados en él. «Mi hijo me da ganas de luchar, salir adelante y ser una mejor versión siempre» agrega.
Actualmente este huilense con corazón llanero desde hace 18 años, arregla y remodela diferentes tiendas a nivel nacional y poco a poco ha venido recogiendo los frutos que le ha dejado su trabajo arduo y honesto.
Aunque trabaja de manera independiente, su gran aliado ha sido un ingeniero con el cual lleva aproximadamente un año mejorando y dándole vida a los espacios.
Algo que cabe resaltar de este personaje es la gran relación que tiene con sus clientes, pues logra fidelizarlos de una manera muy natural:
- El cliente le transmite lo que desea que realice.
- Revisa opciones y retroalimenta al cliente.
- Elabora una cotización del trabajo y la comparte con el cliente.
- Especifica las garantías del trabajo a realizar.
- Se llega a un acuerdo en temas de: pago y tiempos de entrega.
- Se entrega el trabajo.
- Semanas después establece comunicación con el cliente para saber cómo le terminó de ir con el trabajo realizado.
Cada uno de esos detalles ha hecho que el trabajo que realiza Luis se convierta en una excelente experiencia tanto para él que presta sus servicios como para sus clientes.
Cuando a uno le dan un trabajo, uno debe hacerlo con responsabilidad, honestidad y calidad, ese es el secreto del éxito en esto.