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Eliodoro Reyes, 20 años construyendo Boyacá

Elidoro Reyes, empezó hace un poco más de 18 años en la construcción, luego de ser soldado profesional y casarse, decidió empezar a trabajar en la construcción como ayudante, y hoy en día ya es maestro general y director de obra.  

“Me gustó mucho la construcción, mis hermanos son conductores y eso nunca me llamo la atención, me decidí por este gremio.» comenta Eliodoro 

Su experiencia profesional empezó con dos arquitectos que le dieron la mano “trabaje con el arquitecto Antonio Suarez Sogamoso, durante siete años y con el arquitecto Roberto Correa durante cinco años y el resto pues ya he trabajado por mi cuenta” comenta Eliodoro  

Gracias a su esfuerzo y dedicación hoy a sus 46 años tiene su grupo de muchachos que llevan con el siete años y otros tres años, “mi trabajo es más que todo en obra civil, la construcción más grande que he hecho ha sido de cinco pisos, más o menos 500 mts en nueve meses, el resto casas de dos pisos o un piso” puntualiza Eliodoro. 

La construcción no solo le ha permitido ejercer en obras, Eliodoro es conocido por que también presta el servicio de alquiler de maquinaria y equipos, como por ejemplo formaletas, una mezcladora y todo un equipo de construcción, que tiene a disposición de sus colegas.  

En sus obras se contrata por escalafón, primero va el ayudante y después el maestro. “Yo recibo muchachos que muchas veces no saben nada de construcción, pero aprenden rápido lo importante es que sepan hacer caso, y por lo general los muchachos son muy activos, el trabajador más joven que yo he tenido es Víctor que tiene 21 años” cuenta. Y es que, según Víctor Moreno, Eliodoro es una buena persona, “el maestro enseña, nos es de esos manes negados, que no le dicen a uno nada, el me enseña cómo se hacen las cosas” expresa su trabajador más joven. 

Su preparación no solo ha sido empírica, tiene cursos del SENA en: 

  • Interpretación de planos 
  • Ejes y cimientos 
  • Desagües
  • Costos
  • Enchapes
  • Cubiertas.  

Nuestro gremio es pesado, entre nosotros mismo nos damos mucho martillo, llega un maestro y cobra $1.200.000 y pues uno le baja para poder quedarse con el trabajo», según cuenta Eliodoro el mercado de la construcción es muy competitivo pero el trabajo debe ser siempre correcto y bien hecho.  

Eliodoro es fiel al pueblo que lo vio nacer Tibasosa, Boyacá, allí tiene sus dos casas y vive con su esposa y sus dos hijos. La señora de la casa tiene una microempresa de empanadas que distribuye a cafeterías, su hijo Edison Fabian es auxiliar de enfermería y Karen Johana acaba de terminar el colegio y piensa estudiar psicología.  

Este gremio es muy bonito y nos da para comer bien, vivir bien para salir adelante, pero sabiéndolo trabajar y llevar, yo el estudio a mis hijos, y mi casita es de esto, de la construcción, es cuestión de ser uno educado y saber hacer sus cosas, sus proyectos” les aconseja Eliodoro a todos los trabajadores de la construcción para la vida. 

Como todo director de obra ha tenido que enfrentarse a situaciones que lo pusieron a prueba, una de ellas, quizás la más importante fue cuando se le accidentó un trabajador y amigo con una pulidora, quedó en shock y le dolió mucho, sin embargo, otro maestro le hizo reaccionar para llevarlo al médico a tiempo. Este incidente lo usa como ejemplo y reafirmar que la seguridad es fundamental, no solo de él sino la de sus muchachos 

Entre sus buenas experiencias Eliodoro recuerda que le ayudó a un compañero a construir su casa “le dije que solo colocara el material, yo le puse la mano de obra, entonces si ven que, si se puede salir adelante, ¿Qué necesito él? ajuiciarse un poco. En la vereda quedaron impresionados por que hicimos la casa como en 5 domingos«, afirma.  

En su tiempo libre le gusta salir con la familia “salimos en el carro, para donde un compadre, un vecino, o para otro pueblito a almorzar por ahí, y el deporte que más práctico es el tejo con los muchachos aquí de la obra y pasamos el rato” entre risas dice Eliodoro   

Elidoro, hoy con 20 años de trabajo y toda la experiencia motiva a su grupo “Yo a mis muchachos siempre les digo que miren más arriba de su cachucha, si yo no miro más arriba nunca seré nada, si uno aspira a algo pues algo será, sino no será nada. Para él no son sus trabajadores son sus amigos.  

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