Originario de San Antero, Enrique Hernández, mejor conocido por sus compañeros de trabajo como “Piña”, es un electricista que ama su profesión.
Salió de su pueblo natal porque consideraba que no tenía mayor oportunidad de trabajo, “la única opción era el monte, y mi mamá me dijo que ella no creía que yo iba a querer quedarme como mi papá, y tenía razón”, confesó. “Si me hubiese quedado en San Antero, quizá me hubiese dedicado a la agricultura como todos allá, quizá fuera un agricultor frustrado porque hoy en día, el agricultor tampoco tiene oportunidad de trabajo, los montes los están volviendo pasto para ganado”, aseguró.
Su historia comienza a mediados de los años 80, cuando, después de graduarse curso de Mecánica de Ingeniería y Mantenimiento, se dio cuenta que esta no era su vocación profesional, no le gustó este oficio y decidió emprender sus estudios en el mismo recinto, pero ahora estudiando electricidad.
Tras graduarse, empezó a ejercer como técnico eléctrico en Cartagena donde vive desde 1977. Con más de 26 años de experiencia en la industria eléctrica, Hernández comenta que su propio trabajo es lo que lo incentiva a seguir, su vocación es ser electricista; “mi trabajo me ha dado alegrías, tristeza, plata…, me ha dado todo lo que tengo”, dice, asegurando que no deja de crecer en su profesión. “Me gusta perfeccionar mi trabajo, hacer que se vea”, asegura, agregando que no solo ejerce en Cartagena, sino también en Barranquilla y Montería, donde le salen contratos por obras.
Un apodo tropical
Al preguntarle a Hernández sobre si tenía algún apodo, confesó que sus compañeros de trabajo le dicen ‘Piña’. “Cuando estaba joven, usaba un afro y tenía un cierto parecido a Juan Piña, así que mis compañeros me apodaron así mientras trabajaba en la zona industrial en un montaje de petroquímica”, desde entonces, los compañeros de trabajo de Hernández lo llaman por ese sobrenombre.
El entorno familiar
Para “Piña” su familia es lo más importante, a pesar de que la mayor parte de sus familiares continúan en San Antero, no deja de visitarlos y asegura que por lo menos una vez al mes va a visitarlos. “Yo vivo arrendado acá en Cartagena, pero siempre estoy yendo a San Antero a compartir con mis familiares y amigos, además, aprovecho de hacer algunos trabajos por allá; de resto, comparto con mi hija que estudia y vive cerca de mí en Cartagena”.
Sugerencias del profesional
Piña recomienda a sus colegas que se perfecciones, porque los avances tecnológicos exigen que los profesionales deban capacitarse. “Con la energía solar están apareciendo nuevas opciones, se están secando los ríos…, estamos pasando trabajo, necesitamos perfeccionarnos”, asevera, “no vamos a estar viviendo únicamente de la electricidad porque ya la aprendimos, hay que mejorar”, concluyó.
Los gustos de Piña
En materia deportiva, el sananterano comenta que le gusta jugar softboll y béisbol. Respecto a comidas, afirma que le encanta el pescado frito, guisado…, “me encanta el pescado como sea”, dice. En cuanto a música, su vida en Cartagena lo ha hecho afín a la música africana y al vallenato, aunque todavía recuerda lo bien que la pasaba bailando fandango en su pueblo natal, San Antero.