Uno de lo problemas más grandes con los contratistas de obra o maestros de obra está en el manejo de los costos, porque muchas veces no logra separar los gastos personales con los gastos del negocio.  

Por eso es importante conocer el margen de contribución, que es la diferencia entre el precio de ventas y los costos variables o, mejor dicho, el margen de contribución son los beneficios económicos de una obra, sin tener en cuenta los costos fijos. 

Recuerde que los costos fijos son los precios que no cambian con el crecimiento de la obra.

Por ejemplo, arriendos, cuotas fijas y los sueldos, y los costos variables, por el contrario, son los que cambian de acuerdo con el crecimiento de la obra.  

El margen de contribución permite determinar cuánto está aportando un producto o servicio a la obra y también permite identificar la rentabilidad y entender si es bueno o no.  

¿Y después que debe hacer? 

• Si el margen de contribución es bueno, va a cubrir los costos fijos como el arriendo del andamio y tener ganancia.  

• Cuando el margen de contribución es igual al costo fijo, no va a haber ganancia, es decir, que no es rentable, pero no pierde nada.  

• Cuando el margen de contribución no alcanza a cubrir los costos fijos, puede seguir operando, pero si trabaja a perdida corre el riesgo de quedarse sin personal o perder otro recurso. 

• Cuando el margen de contribución es malo, es decir, que los costos variables son mayores al precio de venta, la situación es insostenible y no se puede realizar la obra.  

¡Pilas maestro, usted puede estar gastando más de lo que gana!