Por: Fabio Niño
Todo buen maestro y maestra de obra sabe que su cuerpo es su herramienta de trabajo más valiosa. El mundo de la construcción es exigente y, a menudo, se encuentra en situaciones donde levantar o mover cargas es esencial. Sin embargo, cada movimiento cuenta y el cómo lo hacemos puede marcar la diferencia entre un día productivo y una visita al médico.
Desórdenes musculoesqueléticos: el enemigo silencioso
Los desórdenes musculoesqueléticos, o como algunos les llaman, «los achaques del oficio», son alteraciones que afectan nuestro sistema nervioso, músculos, y hasta nuestros discos intervertebrales. Y cuando hablamos de construcción, ¡estos desórdenes están a la orden del día!
Consecuencias:
- Aumento del ausentismo laboral.
- Disminución en la productividad.
- Afecta la calidad de vida.
¡Entendiendo el metabolismo al trabajar!
Nuestro cuerpo es una máquina, y como tal, consume energía. Pero, ¿sabías que esa energía proviene de tres fuentes diferentes?
- Metabolismo basal: lo básico, determinado por tu peso, talla, y género.
- Metabolismo extralaboral: ¡Sí! Incluso vestirse o cepillarse los dientes queman calorías.
- Metabolismo de trabajo: aquí es donde entran en juego las cargas estáticas (como mantener una postura) y dinámicas (desplazamientos y, ¡sorpresa!, manipulación de cargas).
¿Qué nos dice la norma colombiana?
Según el artículo 211-H del Código del Trabajo:
- Los trabajadores no deben manejar cargas superiores a 25 kilos manualmente cuando no se pueden usar ayudas mecánicas.
- Si eres menor de 18 o una mujer, ese límite baja a 20 kilos.
- ¡Atención mamás! Si estás embarazada, no debes realizar cargas y descargas manuales.
¡A poner en práctica las recomendaciones!
- Evita manipulaciones innecesarias.
- Usa ayudas mecánicas cuando sea posible.
- Respeta el peso establecido por las normas.
- Capacítate en higiene postural y manejo de cargas.
Si bien las cargas son una parte inevitable de la construcción, el manejo adecuado y el respeto por las normas pueden ayudar a prevenir lesiones y desórdenes musculoesqueléticos. Recuerda, maestro y maestra, tu salud es primordial. ¡Hagamos de cada obra un lugar seguro y productivo!