Por: Sebastián Aguirre Eastman
También se les conoce como encofrados y según la elección de su tipo y el material, el concreto o el hormigón, adquirirá una forma ideal. Algunas son reutilizables y otras son modulares para mayor flexibilidad en la figura geométrica que se quiera alcanzar.
Las hay de madera, de acero, de aluminio, también modulares y reutilizables. Las formaletas o los encofrados son un elemento vital en la construcción, dado que sirven como molde para la fundición de las columnas y por ello es importante que usted, maestro, entienda todo sobre su uso para que su trabajo resulte de calidad.
Con la ayuda de dos expertos: Juan Pablo Castiblanco, Gerente Técnico de Peri Colombia, e Iván Botero, de Forza, le ofrecemos información que le será útil cuando deba no solo elegir la formaleta o el encofrado ideal según la obra que vaya a construir, sino el uso que mejor se le deba dar.
¿Qué tipos de formaletas?
Iván y Juan Pablo nos cuentan que existen varios tipos:
Formaletas convencionales
Son aquellas que tienen forma de camilla y están hechas en madera, a la cual se le realiza un contrachapado en fenólico que le ofrece mayor resistencia. Además, si la madera se daña se le puede dar vuelta y reutilizarla.
Formaletas modulares
Son las que vienen en un tamaño estándar, se pueden armar y desarmar para generar las geometrías que se quieren crear. Estas tienen un alcance muy amplio ya que permiten hacer desde piscinas hasta muros de contención o incluso un apartamento.
Formaletas metálicas
Como su nombre lo indica, son las que están hechas en metal, y que para su movilización se requiere el uso de una grúa, aunque recientemente se han hecho unos modelos más portables con un formato de 55 cm x 1,10.
Formaletas en acero o aluminio
Estas son especiales para proyectos de gran envergadura, que requieren un uso continuo.
¿Cuántos usos se dan según el material?
Madera: Se usan entre 5 y 10 veces, son dirigidas a proyectos pequeños, entre una y cinco casas.
Marco rígido en acero con cara de contacto de madera: De 100 a 150 usos.
Acero: De 500 a 600 usos.
Aluminio: Entre 1.200 y 1.500 usos, dependiendo del grosor de la lámina.
Consejos claves para su correcta utilización
1.Busque siempre encofrados livianos, ligeros, ya que esto le permitirá recurrir a menos operarios, quienes de paso tendrán menos cansancio y por ende podrán entregar mejor el producto terminado.
2.Sepa reconocer cuando se necesita una mejor o una peor cara de contacto, ya que cada una de las formaletas, según su material, presenta deformaciones normales y por eso es clave conocer cuál es el grado de precisión que requiere el molde para así mismo elegir. En estos casos, el aluminio es el material que menos se deforma y por eso necesita menos relleno.
3.Todos los encofrados que estén en contacto con concreto deben tener una película desmoldante, usualmente se utiliza una mezcolanza de manteca en puerco, grasa con aceite, diesel y aceite quemado. El consejo es que no ahorren plata en este tema, ya que esto representa la vida útil del encofrado y afecta la apariencia del muro y la adherencia que van a tener los recubrimientos que irán en él.
4.Es usual que los encofrados tengan problemas en la cara de contacto porque no se les trata de forma adecuada, por ejemplo, con el uso del martillo o al rayarlos con varillas, afectando la calidad del buen acabado del concreto. Lo mismo sucede al acopiar las formaletas.
Es bueno que los mismos temas los manejen pero que le den mas profundidad pues me imagino que quienes leemos los artículos Ya hacemos usos de los recursos que hablan pero la idea es ir mas allá de la informacion sencilla hacia algo mas complejo.
Hola Sonia, gracias por escribirnos.
Esta es una primer entrega respecto al tema, vendrá muchas otras. Como el portal se dirige a varias especialidades, siempre empezamos por un contenido básico para luego avanzar a niveles más complejos.
Cuéntanos en tema de formaletas que aspectos avanzados te gustaría conocer.
Saludos cordiales