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Jaime palacios, de Tumaco para Colombia. 

Jaime Palacios, un tumaqueño criado en un hogar de 5 hijos y de padres agricultores, hoy es un ejemplo más de la perseverancia y constancia que hace la construcción en la vida de muchas personas.  

Salió de Tumaco a sus 23 años, esperando encontrar en la capital una oportunidad para salir adelante, inicio trabajando en ventas puerta a puerta para el periódico El tiempo, pero sentía que definitivamente el estaba hecho para algo más grande, su hermano ya estaba involucrado con la construcción y fue él quien impulso a Jaime y lo llevó a trabajar con él.  

Estando allí, aprendió de los beneficios del icopor en las estructuras de las edificaciones, una técnica que cuenta con la capacidad de aislamiento térmico y acústico tiene peso liviano, versátil, fácil para manipular en una obra y por sobre todo muy económico.  

En su primera obra de la que ya no recuerda muy bien el nombre supo que necesitaba adquirir más conocimiento y siempre estaba atento a lo que iba aprendiendo todos los días, “A veces uno no es lo que quiere ser, pero a uno si le debe gustar lo que uno hace” dice Jaime con la mirada firme.  

Aunque en su ciudad natal tuvo que dejar a sus dos pequeñas hijas, en Bogotá, no solo encontró trabajó, el amor tocó sus puertas y no hubo icopor con capacidad de aislamiento que pudiera alejarlo de Angie, una mujer berraca proveniente del Chocó que también se le mide a la construcción cuando toca como dice Jaime entre risas.  

El tiempo, la dedicación y la experiencia, le dieron a Jaime visión y sabiduría,  

“A mí, muchos compañeros de obra me decían que yo tenía poder de liderazgo que hiciera lo mío”  

y así fue como hace 5 años nace Jarol, una empresa dedicada a prestar servicio de icopor para las edificaciones que lo necesiten. “El nombre de Jarol, sale de Ja de Jaime y Rol de Roldán mi segundo nombre”, explica Jaime y es que si algo ha caracterizado a este tumaqueño ha sido su creatividad y su empuje para salir adelante.  

Y ya como contratista la vida le cambió, su empresa esta formalmente creada, hoy tiene a cargo 10 empleados en dos obras diferentes, 

 “Yo siento que los trabajadores no me ven como un jefe, sino más bien como un amigo, me gusta saber de sus vidas que hacen, con quién viven para conocerlos más y tener una relación más cercana”, puntualiza Jaime. 

Para Jaime la construcción es muy linda y hay que saber trabajarla, y aunque reconoce que manejar personal no es lo más fácil, para él es de las mejores cosas que las obras le han dejado  

“Para mí lo mejor de la construcción es poder conocer gente, diferentes culturas, compartir y convivir con ellos”.  

Y lo peor lo reconoce “Despedir personal, es muy difícil, por que uno no lo hace por que la persona sea mala, sino por que se acaba el proyecto y pues por el bien de la empresa hay que hacer recortes”.  

El mismo se considera una persona creativa y tranquila, en sus ratos libres le gusta la lectura de algunos libros de superación y le gusta la poesía, “cuando yo estaba más joven escribía poemas, era un artista” cuenta Jaime con fascinación, alguna vez fue hincha del equipo embajador los Millonarios, pero según el fue una pasión que ya fue perdiendo, hoy su apoyo incondicional esta con la Selección Colombia.   

Y este contratista de corazón nariñense, les aconseja a todos los maestros de obra que ya quieren emprender que  

“Uno debe lanzarse en esta aventura, eso sí, con asesoría, porque cuando yo lo hice cometí algunos errores y aprendí, pero aquí seguimos” Finaliza Jaime.  

 

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