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Fotografía: Ludwing Rojas.

Ludwing Rojas: la construcción, un oficio que también se hereda

Todo se puede aprender si hay determinación, voluntad y trabajado duro; es la enseñanza que deja la historia de este maestro quien desde sus 13 años ha luchado a diario por construir una labor que hoy en día es la que le otorga gran parte de su felicidad.

En la ciudad de Cúcuta nació y creció Ludwing Rojas, un trabajador de la construcción de tiempo completo, que empezó en esta labor por herencia de su padre.

De manera emotiva este maestro recuerda aquella época en que empezó en este camino de la construcción, y es que los detalles de esta historia son los protagonistas. Su padre fue ayudante de construcción en Bucaramanga, la capital del departamento de Santander, y años después llegó a Cúcuta a trabajar con ingenieros de gran reputación.

A eso del año 1971 su padre empezó a trabajar en la aduana como pañetador y de ahí le dieron una obra completa para empezar como maestro general. En los 90´s cuando se empezó a construir la cárcel modelo de la ciudad de Cúcuta, él fue uno de los primeros maestros elegidos para arrancar la construcción.

Fotografía: Cortesía Ludwing Rojas

A sus 13 años, Ludwing desistió de la idea de seguir estudiando y fue así como llegó a ser el aprendiz de su padre, quien finalmente lo dotó del conocimiento necesario para empezar a trabajar en construcción “mi papá en ese entonces me dijo que como yo no quería seguir estudiando, debía buscar un arte y fue así como terminé trabajando con él como su ayudante en obras de construcción” agregó el maestro.

A Ludwing siempre le ha www.maestros.com.co 20 portada gustado hacer las cosas bien, en ese entonces trabajaba duro y siempre estaba atento a cualquier cosa que pudiera aprender. Empezó ayudando a pegar bloques, pañetar y poco a poco se fue ganando por mérito la confianza para seguir trabajando en diferentes proyectos de construcción, en especial los acabados que son su mayor destreza.

Fotografía: Cortesía Ludwing Rojas

En el proceso que ha llevado por años ha obtenido grandes aprendizajes derivados de triunfos pero también de errores. Uno de los tantos momentos que han quedado marcados en su memoria al trabajar en construcción fue una caída que puso en gran riesgo su vida.

Cuando tenía 25 años una vez portada 21 trabajé en un proyecto en el barrio Cundinamarca en Cúcuta en una casa de 4 pisos en el que debía armar el andamio con maderas, tablas, lazos y alambre que era lo que se utilizaba en ese entonces. Cuando me subí a revocar la teja del cuarto piso, una tabla se rodó y yo caí al primer piso.

Ludwing Rojas

Este suceso, que ocurrió en la vida de este maestro, es un claro ejemplo de los accidentes más comunes en el sector de la construcción y que lamentablemente pueden llegar a tener finales fatales. En el caso de Ludwing, aunque afortunadamente sus piernas no se vieron altamente comprometidas, su columna recibió todo el impacto y tuvo que pasar por una intervención quirúrgica que lo obligó a aprender a caminar de nuevo.

Hablar de la historia de este cucuteño, es hablar de la labor que realiza Camacol Cúcuta con los maestros y maestras que se dedican a esta gran labor. Sus años de trayectoria han estado enmarcados por un gran proceso de aprendizaje que ha logrado también gracias a las capacitaciones que ha recibido desde que Camacol llegó a la ciudad a eso del 2009.

Hoy en día, a sus 53 años se ven reflejados los años de aprendizaje y trabajo arduo que ha dedicado a este gran arte de la construcción.

“La construcción es muy bonita aprendiéndola a trabajar y siendo consciente de todo lo que podemos hacer. El mejor consejo que le puedo dejar a mis colegas es que ofrezcan precios justos a sus clientes y que el trabajo final hable por sí solo” Ludwing Rojas, maestro de construcción.

Agradecemos de ante mano a Camacol Cúcuta y Nororiente por hacernos llegar a esta historia a través de uno de sus asociados.

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