En el sector construcción es muy común encontrar a los hombres desarrollando diferentes roles y ocupando determinados puestos, plomeros, electricistas, mamposteros. Sin embargo, es muy difícil encontrar a una mujer que se desempeñe, esto corresponde a dos razones, primero que se piensa que la labor implica mucho esfuerzo y no es apto para una mujer y la falta de oportunidad por ser del sexo opuesto.
En A la obra maestros nos esforzamos por contar la historia de mujeres que fueron más allá de los límites y hoy su labor en construcción es digna de reconocimiento.
Cuando Rocio estaba en el Colegio, jamás imagino que su destino sería manejar cables de alta tensión, revisar cortos y mucho menos ser capaz de realizar una instalación completa de energía.
Inicios
Su gusto por la electricidad inició cuando estaba en grado décimo, y tuvo que elegir su especialización, entre tres áreas, biología, sistemas y electricidad, descartadas las dos primeras esta mujer se lanzó al agua y empezó a estudiar electricidad.
“Electricidad me llamó la atención porque era algo nuevo, se puede usar en la casa, tiene muchos beneficios y yo dije bueno vámonos por este lado” cuenta Rocío
Aprendizaje
En 2007, Rocío terminó su estudio y pudo ingresar a estudiar al servicio Nacional de Aprendizaje SENA donde empezó a estudiar técnico en construcción y montaje de instalaciones eléctricas, en 2009 ya empezó a hacer sus prácticas en CODENSA S.A, y a mediados de 2010, continúo trabajando a través de una empresa contratista.
“Luego de trabajar en Codensa, seguí con VillaHernández, luego Consorcio Forestal Nacional y de ahí pasé a un nombramiento en el INPEC” comenta Rocío.
Mientras trabajaba en el INPEC, decidió que era momento de seguir capacitándose así que empezó a estudiar en el SENA en horario de madrugada de 10 pm a 6 am, una tecnología en mantenimiento electrónico e instrumental industrial y se graduó en 2015.
Receso
Para abril de 2015, llegaría una de las alegrías más grande de su vida, nació su hijo Samuel y ella decidió parar allí, tomar un respiro y pasar tiempo con su esposo y su pequeño.
“Hice un receso de todo de estudio y de vida laboral, duré un año con mi hijo en la casa luego nos fuimos a vivir a Valledupar con mi familia, y de allí regresé a Bogotá, y empecé a pasar hojas de vida” dice Rocío
Empezar de nuevo
A pesar de tocar muchas puertas, las oportunidades Rocío las vio pasar enfrente suyo, contaba con las capacidades, la experiencia, la verraquera, pero ninguna empresa veía el potencial de esta mujer en operación.
Pero el que persevera alcanza, y fue así como Aenco de Colombia le abrió sus puertas.
Para Rocío no ha sido tarea fácil abrirse campo en la electricidad, ella misma reconoce que muchas veces se arrepintió de haber tomado la decisión de estudiar electricidad, pero nunca se rindió.