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Fotografía: Wilson Pérez Tineo

Wilson Pérez Tineo Araucano y Soldador a mucho honor

Del departamento de Arauca, les traemos la historia de este personaje, quien a una muy corta edad conoció el oficio de la soldadura y con el paso de los años, hizo de este su proyecto de vida.

Por: Tatiana Bahamón Méndez

Desempolvando los recuerdos más recónditos de su memoria, aquellos que llenaron de matices su vida y que aún conserva como lo más preciado, fue como Wilson Pérez empezó a contarme su historia.

Puerta adentro del llano, en un corregimiento a las costas de un río, fue el primer lugar al que nos trasladamos; en él cambió la vida de toda la familia Pérez Tineo, luego de que fueron desplazados por la violencia. Recordemos que, a lo largo de la historia de Colombia, este ha sido un departamento que dejando a un lado la majestuosidad de sus tierras y la pujanza de su gente, infortunadamente ha sido enmarcado por la corrupción, la guerra y la violación de derechos humanos.

Entre el año 1999 y 2017, 30.045 personas fueron desplazadas forzosamente según el reporte de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento CODHES, y en tan solo los primeros tres meses de este año la Defensoría dio a conocer que la cifra fue de 27.435 personas afectadas.

Mis padres quedaron devastados después que fueron desalojados. Mi mamá lo que hizo fue sacar unos ahorros, compró un lote en Arauca y ahí empezamos a vivir los seis, mis cuatro hermanos, ella y yo; mi papá siguió su rumbo hacia Venezuela en búsqueda de trabajo.

Wilson

La herencia de un arte

Fotografía: Wilson Pérez Tineo

Cuando Wilson tenía seis años, a la vida de su madre llegó Juan Hernández a quien sus amigos y allegados apodaban ‘Juan peroles’, por su trabajo estrecho con el hierro y la ornamentación.

Juan tiene un rol muy importante en esta historia y todo radica en que, gracias a él, los tres hombres de la familia Pérez Tineo aprendieron todo sobre la labor que desempeña un soldador, en resumidas cuentas, fue el culpable de que terminaran amando este arte.

En esa época a Juan le resultó trabajo con Hierros Palencia, una empresa del país vecino, Venezuela y con ellos empezó a participar en los proyectos de casas prefabricadas; en esta experiencia no estuvo solo, estuvo acompañado de Wilson, quien empezaba a dar sus primeros pasos en el oficio.

Debo admitir que fui muy necio, lo hacía porque me tocaba, pero ya con el tiempo le fui cogiendo amor al arte y hoy en día es mi profesión.

Wilson Plomero

De sus hermanos, cada uno fue tomando su rumbo, uno de ellos al igual que Wilson, se dedicó a la soldadura y hoy en día trabaja en la petrolera, y su otro hermano eligió la electricidad.

Uno de los temas que guio nuestra conversación acerca de la profesión fue nada más y nada menos que los peligros y accidentes laborales a los que están expuestos quienes la ejercen. Wilson me comentaba que cuando empezó a explorar cómo se trabajaba con la soldadura, cometía muchos errores de los que no era consciente y que al final representaban un riesgo para su integridad física, como, por ejemplo, no utilizar los Elementos de Protección Personal.

A mí la soldadura me ha abierto demasiadas puertas y por eso soy feliz haciendo lo que hago.

Wilson Pérez Tineo.

Los soldadores al estar expuestos al humo, al ruido, al calor, luces visibles, radiación ultravioleta e infrarroja pueden presentar afectaciones en sus oídos, en los ojos y hasta quemaduras en caso de no tener protección, por eso, este experto en soldadura nos señalaba con gran énfasis la importancia de tener todos los EPP “ahora que llevo ya mucho tiempo trabajando en este oficio sé la importancia de contar con la máxima protección y es por eso que siempre ando con mi careta, las botas de seguridad, las mangas, el peto y todo lo demás”.

En este arte como en muchos otros, nunca se deja de aprender y en ello la capacitación sin duda alguna es la mejor aliada. Wilson inició trabajando con todo lo relacionado con la ornamentación, hacía rejas, puertas, ventanas, portones, etc., sin embargo, encontró en la soldadura pesada una nueva pasión y sin pensarlo mucho, empezó a instruirse.

Son muchos los proyectos que ha realizado este araucano y han sido cientos de ciudades y lugares a los que lo ha llevado este oficio, por su puesto que también es el fruto de la dedicación y pasión con la que ha realizado su trabajo.

Una labor que trasciende

Ya son más de 20 años de experiencia y conocimiento, y su mayor anhelo es que sean muchos más. Al igual que su padrastro, actualmente trabaja de manera independiente y adicional, tiene su taller en donde realiza puertas, portones y todo lo que se puedan imaginar.

Este araucano tiene más que una motivación para asumir los retos del día a día. Su familia, en especial sus hijas de 1 y 5 años, han sido su aliciente para asumir con honores el hecho de ser soldador.

«Yo agradezco que mi padrastro me haya enseñado este arte porque gracias a la soldadura he tenido grandes aprendizajes que me han hecho una mejor persona» Wilson Pérez Tineo.

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